La santidad es un llamado de cada día
La santidad es la armonía querida por Dios entre fe y vida
La santidad es la armonía querida por Dios entre fe y vida
La tecnología no constituye una amenaza a
nuestra humanidad: tenemos que aprender a vivir en ella
«La organización de las sociedades en todo el mundo todavía está lejos de reflejar con claridad que las mujeres tienen exactamente la misma dignidad e idénticos derechos que los varones. Se afirma algo con las palabras, pero las decisiones y la realidad gritan otro mensaje». (S.S. Francisco, Fratelli tutti, 23)
Cuando el hombre se encuentra con lo que es verdadero, bueno y bello, alcanza la felicidad y plenitud de su ser y da sentido a su vida (Cf. Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, n.360)
“El Señor nos exhorta a ser “administradores fieles”
“Sí se puede cambiar el mundo a la manera de Jesús de Nazaret, esto es, partiendo por los últimos”.
“El camino para aprender a hacerse prójimo se vincula directamente con el aprendizaje de la misericordia, la bondad, la solidaridad, la fraternidad, la compasión, la ternura…”
No améis al mundo ni lo que hay en el mundo. Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él. – (1 Jn 2, 15)
Apostar por la educación como un proceso transformador personal y social profundo.
Nuestra fe nos muestra el amor de Dios Padre, que cuida de todas sus creaturas y nos regala la certeza que este drama también tiene sentido.
El arte, como la oración, es un espacio de conexión en un tiempo sin tiempo.
‘La paz social no puede entenderse como un irenismo o como una mera ausencia de violencia lograda por la imposición de un sector sobre los otros’. – S.S. Francisco. Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, 24 de noviembre de 2012
El hombre con sentido social no espera que se presenten ocasiones extraordinarias para actuar. Todas las situaciones son importantes para él, pues repercuten en sus hermanos… -San Alberto Hurtado
En verdad, en verdad les digo que cuanto hicieron a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicieron. (Mt 25, 40)
La fe lleva al creyente a ver en el otro a un hermano que debe sostener y amar. Por la fe en Dios, que ha creado el universo, las criaturas y todos los seres humanos —iguales por su misericordia—, el creyente está llamado a expresar esta fraternidad humana, protegiendo la creación y todo el universo y ayudando a todas las personas, especialmente a las más necesitadas y pobres.
Nos necesitamos unos a otros para que nuestras vidas tengan sentido, nos necesitamos no solo en la intimidad del hogar, sino también en nuestros lugares de trabajo, de diversión, y en las calles de nuestra ciudad.
Hacer buenas leyes y derribar las barreras físicas es importante, pero no es bastante, si no cambia también la mentalidad, si no superamos una cultura generalizada que sigue produciendo desigualdades, impidiendo que las personas con discapacidad participen activamente en la vida cotidiana. SS. Francisco, 3 de diciembre 2019.
¿Por qué, Dios mío? Todos los sufrimientos que vienen de fuera no son nada en comparación con la oscura noche del alma. ¿Por qué estás oculto en mis sueños y callas?
Tu Dios está en medio de ti, poderoso salvador. Él exulta de gozo por ti, te renueva con su amor, y baila por ti con gritos de júbilo. (Sof 3,17)
La elección de los cantos debe ser adecuada para que la letra acompañe y realce el texto bíblico, ayudando en su comprensión y facilitando la meditación. Es así como ciertos cantos nos evocan un tiempo litúrgico particular y nos predisponen el corazón para vivirlo de manera más plena.
Una forma necesaria de reconocimiento surge del genuino interés por conocer y descubrir la riqueza de la cultura, historia y lengua de los pueblos.
Palabras difíciles: sacrificio, ascesis, y mortificación. Aunque espontáneamente parecen hablarnos de renunciar y suprimir, en realidad apuntan a la perfección en el amor. Quieren ser un gran entrenamiento en el amor.
El Padre Hurtado nos llama a “… comprender la dignidad del trabajo humano, como tarea fundamental de la educación social.”
Señor, tú que creaste a todos los seres humanos a imagen tuya, haz que sintamos horror de las injusticias y desigualdades entre los seres humanos.1
¿Cómo surgió el universo? ¿Cómo apareció la vida en la Tierra? ¿Cuál es el origen del hombre y de la conciencia? Al buscar respuestas, es fundamental tener claro los ámbitos en que se desenvuelven los respectivos magisterios de la ciencia y de la religión
Las alegrías que el Creador pone en nuestro camino son insuficientes si no ahondamos en el anuncio de la Pascua, canto gozoso de la resurrección que transfigura el dolor y la tristeza del ser humano.
Si existe un Dios bueno y omnipotente, ¿por qué permite el mal y el sufrimiento, especialmente el de los inocentes? No hay una respuesta fácil: el conjunto de la fe cristiana constituye la respuesta.
El mensaje de Jesús es una llama que arde en cada uno, que invita a la transformación y la acción individual constante, pero que no se vale de otra estrategia, sino de la del amor.
¿Cómo educar para el sentido y proyecto de vida? El bautismo nos sumerge en la corriente de misión de Dios hecho hombre. Así también nosotros podemos estar cautivados por esa misión y dejarnos sumergir en el sentido y proyecto de vida de Cristo.
La oración es fruto de la fe, es su expresión más neta. Ora el que cree. Por esta razón, crece en la medida de la fe, de la entrega libre y personal a Aquel que se nos entrega gratuita y totalmente.
Hoy, desgraciadamente, se ha perdido de vista una condición elemental de todo amor auténtico: nos olvidamos que la amistad exige que se ame al otro con absoluto desinterés y radical donación de sí mismo.
Cada familia tiene su propia historia y características, por lo que –siempre con mucho amor y respeto por las ideas de los padres– los abuelos pueden llevar el mensaje de Jesús al corazón de sus nietos por distintos caminos.
Nuestros antecesores homínidos tenían sentimientos que hoy denominamos de “alteridad”, término que se usa para designar la capacidad de ponerse mentalmente en la situación de otra persona y que refleja uno de los principales dones del Creador a la humanidad: nuestra vocación al amor.
La esperanza nos trae una buena nueva. Nos brinda una oportunidad de cambio, de mejora, de curación y sanación. Cambiar y mejorar para ser más íntegros, más felices; curarnos de nuestras dolencias, y sanarnos al crear un espacio interior de paz y armonía.
Si de nuestro corazón hacemos un Belén, si renacemos de nuevo a lo bello, lo justo, lo bueno, no solo nosotros, sino que muchos otros que van por la vida buscando luz, compañía, comprensión, sentido a su lucha, etc., tendremos Navidad.
El Papa Francisco ha urgido a todos los católicos a tomar partido por las víctimas. Ellas necesitan que acreditemos la verdad de la que son portadoras, sin lo cual ningún proceso de reparación puede iniciarse efectivamente.
La ecología integral no puede prescindir del hombre y de la mujer. No obstante, para lograrlo, es necesaria una conversión humilde para reconsiderar más bien la pequeñez del ser humano y no al déspota explotador –falso administrador– de la Creación.
La amistad con Cristo nos muestra que el pecado ya no es el dueño de nuestra vida. Cubiertos por la misericordia de Dios, empezamos a renunciar a la aplicación mecánica de normas de conducta y reglas de estricta justicia humana.
Desde la perspectiva de la religión, la presencia de extranjeros en una comunidad no es un tema nuevo. Ya la Biblia lo aborda en distintos puntos, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento.
La educación ha sido un tema muy importante en los últimos años, tanto en sus etapas iniciales y escolares como en el desarrollo de la Educación Superior. En todas estas etapas, sin duda el apoyo de la familia es clave para lograr un desarrollo integral.
Una iniciativa del Arzobispado de Santiago y la Pontificia Universidad Católica de Chile